Además, la buena onda que intercambian con el público llama la atención: el carisma de la banda se ve reflejado en el ida y vuelta que tiene lugar entre los de arriba del escenario y los espectadores. Un diálogo simpático y para nada sobreactuado, son el claro ejemplo del clima que se palpa en una y cada una de las presentaciones.
Las 200 personas presentes en el último Mirapampa, son fieles testigos de lo que aquí se menciona. Sin dudas, muchos de ellos se conocen entre sí, pero también hubo caras nuevas en busca de saber qué es Barata. Dos centenares de personas que, a pesar de tratarse de un domingo por la noche y más allá del frío, disfrutaron con la entrega de una agrupación platense que habla por sí sola.